jueves, 14 de enero de 2010

La descripción en función de la acción



La descripción o regodeo de la palabra dentro de una novela es un recurso útil en la medida en que funciona como descanso de la acción, no obstante forma parte del todo y como tal, debe aportar algo al eje central de la novela o acción principal.

Descripción como elemento informativo

La descripción sirve para informar al lector porque generalmente explica o bien las circunstancias o el entorno o la psicología de un personaje o de un grupo de personas o las características físicas de alguien.

Según el sujeto que describe, el lector sacará conclusiones diferentes porque nunca tendrá el mismo significado una descripción narrada desde el punto de vista de un personaje o del narrador en tercera persona que es como el observador tradicional de las novelas.


Descripción desde la mente del personaje

Cuando el autor expone el devenir del pensamiento de un personaje, debe tener en cuenta la psicología específica del mismo.

Siempre que un personaje narra desde su punto de vista particular, esa descripción contiene doble información para el lector.

Por una parte el lector conoce más al personaje porque descubre cómo este mira al mundo y por otra parte, conoce una arista del mundo que rodea al personaje o al menos una visión particular del mismo.


Descripción desde la mente del narrador

Si una novela es contada por un narrador en tercera persona, este será para el lector la verdad de la historia o el Dios de la novela, aquel que ve y sabe todo.

Todo lo que cuenta este narrador tiene para el lector el significado especial de lo fidedigno y cualquier descripción escrita desde el punto de vista de este sujeto posee el sello de lo incuestionable porque el lector presupone que esa es la voz del escritor.

El narrador en tercera persona puede describir lo mismo el interior de un personaje que sus características físicas que el entorno natural o las circunstancias.


Cuando la novela es narrada desde un personaje

En ocasiones una novela es contada por un personaje específico que hace la función de un narrador en tercera persona.
Si bien este personaje es a la vez el Dios o moderador de la historia, esta es contada desde su perspectiva y no desde la perspectiva del autor.

Este narrador-personaje puede lo mismo extrañarse de las circunstancias y describir lo circundante con más o menos objetividad y a la vez ser partícipe de las circunstancias cuando estas lo requieren.


Descripción de la naturaleza

Si la descripción consiste en la exposición de un paisaje, esta debe de trasmitir o bien el estado emocional del personaje antes de entrar en una acción, o bien su sensibilidad o su carácter.

También, la descripción del medio natural puede inferir algún cambio de la acción por la venida de una catástrofe natural o puede aportar en detalle el escenario donde se va a desarrollar cualquier acción para darle mayor veracidad y color.

Es bueno recordar que dentro de la literatura romántica del siglo IXX los autores vinculaban las descripciones de la naturaleza con el estado anímico de los personajes y con las desgracias por venir.

Descripción de lo circundante

Cuando la descripción se refiere al entorno social en que se desarrollan los acontecimientos o acciones de la historia, esta sin dudas, dará la información necesaria al lector para comprender las motivaciones de los personajes al actuar en ese medio.

Si la descripción se refiere al entorno familiar, esta proporcionará una visión la visión necesaria al lector para comprender los acontecimientos o acciones de a historia.

Por igual, si la descripción se basa en los detalles decorativos de una casa o de la arquitectura de un edificio o de un objeto específico, esta deberá aportar información al lector para que comprenda las acciones de los personajes.

Conclusión

La descripción por muy contemplativa que sea, debe ser colocada dentro de una novela como un elemento que aporte a la acción central.

Las novelas son como rompecabezas donde cada elemento debe encajar para lograr la armonía requerida por el arte.

domingo, 10 de enero de 2010

Encontrar la mina de oro


La realidad puede parecerle hermética a un escritor durante el tiempo en que busca una idea para comenzar un nueva obra, hasta que un día, sin saber cómo, descubre en la inmensidad del mundo una mina de oro.

La mina de oro

Si nos imaginamos la realidad como una gran montaña, podremos decir que cuando un escritor encuentra una idea capaz de sostener una novela, un drama o cualquier otro tipo de obra literaria ha encontrado una mina de oro.

Encontrar el oro, es algo muy personal y depende solamente de los intereses del escritor y de su imaginación por lo que se pudiera decir que para cada escritor el oro tiene un color y una forma diferente.

Después de descubrir la veta de oro, el escritor debe lanzarse con toda la fuerza de su voluntad y explotar la mina hasta terminar la obra literaria.


La satisfacción del oro

Para un escritor, no tener tema de que escribir es una agonía que le puede llevar a la desesperación de manera tal que en ocasiones se paraliza.

Cuando un escritor no puede escribir siente que le mundo se le viene encima porque ha perdido el gusto por la creación.

Por tal motivo, encontrar la mina de oro resulta de gran satisfacción para un escritor porque desde que la percibe, vuelve a sentirse dueño de su talento.


¿Cómo encontrar la mina?

Lo principal para un escritor es no aterrarse cuando no le viene ninguna idea, lo mejor es que se deje llevar y disfrute de todo lo que le rodea.

En ocasiones la idea para una obra puede venir de una simple conversación con alguien conocido o desconocido, de la lectura, de una película, de un viaje.

Sin embargo, cuando un escritor se ve forzado a escribir cualquier cosa para cumplir un contrato, debe de tener creado los mecanismos necesarios para que le fluyan las ideas.


Vivir en medio del oro

Cuando un escritor trabaja sistemáticamente, imponiéndose horarios y metas, podrá percibir que su cerebro no parará de aportarle ideas.

Mientras más trabaja un escritor, más ideas le vienen a la cabeza porque en el universo de la creación todo está concatenado y un tema lleva hacia otro irremediablemente.

La creación, de cierta manera se comporta como el cuerpo humano. Si un individuo no ejercita el cuerpo, sus músculos se pondrán flácidos y pederán fuerza.


La condición del escritor

Cuando alguien descubre que es escritor, no podrá parar de serlo hasta el último día de su existencia por tal motivo, se puede decir que la carrera del escritor es de por vida.

Ningún escritor genuino se retira de la profesión porque la edad, en ocasiones puede enriquecer su obra enormemente.

Es recomendable que cada escritor que se tome en serio, establezca su disciplina de trabajo y la cumpla, sea cual fuera las circunstancias en que se encuentra. Si no se es testarudo, no se es escritor.


Los obstáculos

Alcanzar éxito comercial como escritor depende de múltiples factores ajenos al talento o a la literatura propiamente, por eso es frecuente que un escritor no tenga éxito de venta con facilidad.

El reto de todo escritor es sobrevivir económicamente y a la vez realizar su obra literaria. La realidad circunstancial le absorbe gran parte de las energías a cualquier escritor y algunos se quedan exhaustos, al punto de posponer la realización de sus textos.

Es imprescindible recordar que no solo de talento se hace el escritor porque si las ideas no se llevan a cabo y se plasman en el papel, no se es autor.

Todo creador debe tener una voluntad de hierro y no dejarse vencer por las circunstancias. Este esfuerzo a su vez, con la complejidad que encierra, le proporcionará mas ideas para crear.


Conclusión

Para vivir en abundancia de ideas, o sea para vivir dentro de una mina de oro, se debe trabajar sin parar aunque el escritor se encuentre en medio de la adversidad.

viernes, 8 de enero de 2010

Romper el blanco del papel


Para un escritor, romper el blanco del papel puede ser un reto aterrador, sobre todo cuando el creador está en los comienzos de su carrera, no obstante, la única manera de aprender a escribir es escribiendo.

El trance del escritor

Se le puede llamar trance del escritor al momento de comunicación del autor con el mundo inventado, o sea con su imaginación.

Cuando la concentración del creador está en el punto máximo, es como un traslado del autor en el espacio y el tiempo hacia un mundo inexistente donde él está presente como observador y partícipe.

Se suele decir que el escritor está distraído cuando en realidad su mente está altamente concentrada en el universo de su creación absorbiendo con avidez el mundo que solamente él es capaz de ver y sentir.


¿El viaje a otro mundo es solo cualidad del escritor?

Viajar en la imaginación es inherente al ser humano, es una condición con la que se nace, pero que lamentablemente la realidad y la experiencia se encargan de aplastar.

Mientras la madurez del ser humano está relacionada con la capacidad de adaptarse a la realidad y vencer sus escollos, la madurez literaria está emparentada con la condición más pura de la niñez.

Con frecuencia vemos actuar a los niños en un mundo imaginario donde solo ellos participan, olvidándose que las personas del mundo real los pueden observar.

Incluso, si los niños se percatan de que algún mayor los observa jugar, se muestran apenados como si hubiesen sido descubiertos en un acto de mayor intimidad.


¿Cómo se logra la concentración?

La concentración literaria o comunicación con el mundo imaginado se logra haciendo presencia en el universo creado.

Tal como algunas tendencias filosóficas y religiosas aconsejan al ser humano a estar presente en el aquí y ahora, para no divagar en el recuerdo o en la preocupación sin sentido, el autor debe de estar presente a tiempo en el allá de su imaginación.


¿Cómo hacer presencia en el universo creado?

La única manera de estar presente en el allá de la imaginación es no pensando, escribiendo como si alguien le dictase al autor cada palabra a dibujar en el papel.

Algunos autores hablan de la singular experiencia de escribir en extrañamiento, como si fuera otro el que escribe, o sea si mucha conciencia de lo que se está diciendo.

En realidad, los psicólogos denominan a este otro yo, el subconsciente que dicho de manera simple es como un piloto encendido en el cerebro que hace de las suyas sin que medie la voluntad de la persona.


¿Cómo romper el papel en blanco?

Valiéndose de la cualidad inherente al ser humano de sumirse en la imaginación y hacerla realidad al plasmarla en el papel.

Concentrándose de manera tal en el mundo creado que el mundo real ya no importe, o sea haciéndose presente en el allá de la creación para observar, participar y devolver en el papel lo que vimos o vivimos en el mundo de la irrealidad.
Para romper el papel en blanco, lo principal es no pensar, escribir.


¿Tiene valor literario lo que escribe un autor cuando está en trance?

Cuando un autor tiene muchos años de oficio y escribe en trance, puede que el producto mediato tenga valor literario, o sea esté bien escrito y requiera solo algunas correcciones posteriores.

Si el autor tiene menos experiencia de oficio, tendrá escrito todo un material con vuelo literario e imaginación que deberá de trabajar para mejorar el lenguaje y después pulir.

La ventaja de cortar el pensamiento y entrar de lleno en el universo de la creación, hará que el autor le pierda el miedo a romper el papel en blanco y se lance a escribir, aunque después tenga que romperlo.

Más de un autor ha roto miles de papeles, antes de que una obra literaria tome la forma que él desee.

Hablar de lo que no se conoce


Cuando alguien comienza a dar sus primeros pasos como escritor, generalmente le recomiendan que escriba sobre las experiencias del mundo que le rodea, sin embargo los estudiosos consideran que un escritor llega a la madurez literaria cuando escribe sobre lo que no conoce, o sea cuando es capaz de separarse de lo circundante.

¿Por qué escribir sobre las experiencias propias?

El primer paso que da un escritor es el de dominar la palabra, al punto de convertirla en su mejor aliada o instrumento de expresión.

Amaestrar el lenguaje es parte imprescindible del aprendizaje de un escritor, al igual que lo es el aprendizaje de las técnicas literarias.

Por tal razón, se le recomienda al principiante que escriba sobre lo que conoce porque sin tener que forzar su imaginación, podrá echarle mano las experiencias vividas para aprender el oficio de escritor.


¿A qué se le llama oficio?

El Oficio del escritor es el dominio de la palabra escrita, o sea para llegar a ser un artista y desbordar la imaginación, primero se debe conocer el lenguaje y saber expresarse a través del mismo con maestría.

Si comparamos el aprendizaje del escritor con el de un músico, podemos decir que el primer paso de un instrumentista es el de saber colocar las notas precisas, el de adquirir la rapidez necesaria y el dominio pleno del instrumento, luego podrá dejar fluir su sensibilidad y personalidad a través de la interpretación musical.


¿Qué sucede cuando un principiante es muy joven?

Cuando un escritor es muy joven y no ha acumulado experiencias suficientes, de seguro tendrá el ojo avisor para encontrar algún enfoque particular del mundo que le rodea.

El que es escritor con talento, hace literatura con su pensamiento o con su sentimiento, con una simple observación.
Por eso se dice que la poesía es el género por excelencia de la juventud porque la adolescencia es la edad del descubrimiento del yo y del mundo que nos rodea, es la edad del desborde pasional por la vida.


La narrativa y el teatro de los muy jóvenes

Pero el joven que en plena adolescencia se atreve a incursionar en la narrativa o el drama, deberá de ser muy ingenioso para encontrar un tema fuerte del que hablar.

Hay personas que el plena adolescencia han vivido más que un anciano de noventa años y si desean ser escritores, no tienen que hacer grandes esfuerzos para atrapar sus circunstancias.

Pero los jóvenes que poseen mayor educación, generalmente han crecido con la protección familiar y no han tenido que enfrentarse al mundo todavía.

Existen algunos creadores que en plena adolescencia han decidido escribir sobre temas históricos porque pueden suplir su falta de experiencia vital con la investigación histórica. Sin embargo, otros han tenido la habilidad de encontrar en su medio familiar un universo para contar.


¿Cómo alcanzar la madurez literaria?

Después de haber adquirido el oficio, el escritor está listo para volar hasta encontrar los mundos posibles que su imaginación le permita percibir.

La ventaja de escribir sobre lo que no se ha vivido directamente está en la gama de significados que puede adquirir una obra escrita desde una perspectiva del extrañamiento.

Cuando el creador escribe sobre el mundo imaginado no deja de plasmar su experiencia vital y su personalidad, pero además, puede insertar con más facilidad sus conceptos filosóficos, sus códigos y símbolos internos porque es capaz de moldear una realidad a su antojo.


¿Qué es la madurez artística?

Es ser el artífice, la inteligencia, el Dios, de un mundo imaginado. Alguien capaz de otorgarle la vida o la muerte a sus personajes, de hacerles padecer, reflexionar, sufrir.

La madurez del escritor es cuando un creador es capaz de anular su yo y entrar en el desborde de su imaginación de tal manera que recree un mundo que no existe y el lector lo confunda con el mundo real.

Es simplemente cuando en una obra literaria no se ven las costuras del oficio, ni se descubre al autor.

lunes, 4 de enero de 2010

¿Cómo mantener la atención del lector?


La narración como hija legítima de la poesía y el drama, contiene elementos esenciales de ambos géneros. Por una parte, se alimenta de la lírica para crear su tejido de palabras y por otra, desarrolla su trama apoyándose en la ley del conflicto.

Ley del conflicto

De forma simplificada podemos decir que la ley del conflicto es la lucha de un individuo contra otro o de un grupo de individuos contra otro grupo de individuos.

Lo que mueve la ley del conflicto es la voluntad consciente de los personajes, lo que ellos quieren. O sea, se trata de la lucha de todo ser humano por obtener sus metas, bien sean materiales o espirituales.

Con esto queremos decir que los conflictos no son más que los puntos álgidos de la realidad, los puntos de contradicción y lucha que se establecen cuando los seres humanos se proponen la realización de sus deseos o ideales y la ación de otros seres humanos o la naturaleza o Dios o el destino, se les opone.

Conflicto interno de los personajes

Los estudiosos afirman que los grandes personajes de la literatura son aquellos que se transforman o bien en el tiempo de la representación teatral, o en el tiempo que dura la novela o el filme.

La anagnórisis de los personajes o el momento en que ellos reconocen la situación en que se encuentran, puede hacer que el personaje recapacite y cambie sus objetivos, lo cuál le creará irremediablemente una contradicción interna.

A esta contradicción que está dentro del alma del personaje, se le llama conflicto interno y puede, en si, mover cualquier acción.

Múltiples conflictos

Dentro de una historia existen múltiples conflictos que son generados por los personajes y por las circunstancias.

Si un autor aprende a administrar estos conflictos, logrará mantener a través de ellos, la atención y el interés del lector.

¿Cómo manejar los conflictos?


Cada capítulo es una unidad en si que imita a pequeña escala la estructura general de la novela por eso cada capítulo debe tener su conflicto propio que lo mueve.

Para mantener la atención del lector, es aconsejable que el autor cierre cada capítulo en el clímax del conflicto de una sub-trama.

En  la medida de lo posible, los capítulos no deben resolver su conflicto, si no dejarlo en su punto más álgido para que el lector se interese por seguir leyendo el próximo capítulo y no pueda despegarse del libro.

Acción y descripción

Los capítulos no deben de terminar en una descripción, si no, en una acción que se quede suspendida. Las descripciones son los momentos de paz, de recreación que deben intercalarse en una novela para darle espacio a la palabra y enamorar al lector con su sonido.

Sin embargo, las descripciones no son ideales para cerrar los capítulos porque puede decaer la atención del lector, a menos que se esté describiendo la formación de un huracán o del preámbulo de un acontecimiento por venir que cambiará el curso de la historia.

El no conflicto

El arte conceptual niega la trama, la acción y basa su objetivo en los conceptos o símbolos, sin embargo a pesar de que un artista niegue el conflicto, este siempre estará presente.

Algunas novelas tratan de anular la acción o el conflicto para darle prioridad al concepto o a la palabra, pero en este esfuerzo, crean otro conflicto.

Cuando un personaje decide no moverse, no salir, no enfrentarse al mundo, está generando en su interior un conflicto que aunque el autor no quiera, moverá la acción interna del personaje.

Conclusión

Para mantener la atención del lector se debe cerrar cada capítulo con una situación que quede en suspenso, con un conflicto por resolver.

De esta manera el lector quedará atrapado dentro de las páginas y no podrá cerrar el libro hasta que no lo termine.

sábado, 26 de diciembre de 2009

La mentira literaria


La imaginación que condiciona a todo escritor hace que en ocasiones, algunos sustenten sus novelas sobre una gran mentira.

El reto de todo escritor es hacer creer al lector que sus mentiras son verdades encerradas dentro del universo de una novela.

¿Cómo hacer que la mentira parezca una verdad?

El universo de una novela no es la realidad, es un reflejo de esta visto a través de los ojos del escritor y pasado por la maquinaria de su inventiva.

Cada novela tiene sus leyes internas que el escritor establece desde las primeras líneas a manera de códigos internos que cuando el lector los atrapa, comienza a inmiscuirse en el universo del texto que lee y lo hace propio, en otras palabras, real.

La mentira de una novela solo parece real si está bien justificada a través de elementos que demuestren que puede ser una verdad.


Mentira literaria e hipótesis dentro de la novela


Dentro de la novela, una hipótesis es una verdad a probar y una mentira literaria es lo irreal que el escritor necesita convertir en real para sustentar una metáfora.

Existen novelas basadas en hechos reales, bien presentes o históricos, que los escritores suelen construir a manera de tesis novelada. O sea, tratan de demostrar una suposición histórica a través de la novela y para lograrlo acuden a la investigación histórica.

La mentira literaria suele ser sustentada a través de las leyes creadas por el autor para el universo de la novela.

Códigos frecuentes para justificar una mentira

El código de lo onírico es utilizado habitualmente cuando el autor quiere justificar a través de los sueños cualquier mentira, irrealidad, metáfora.

El código mágico o la apropiación de la cultura popular trasmitida a través de lo oral, sirve para justificar dentro de la novela cualquier mentira literaria.

El código de lo absurdo pertenece por entero al universo literario y es utilizado para justificar lo errático e irreal que resulta la realidad en ocasiones.

El origen de la mentira literaria


La mentira es inherente a la literatura como la palabra misma y es creada por la percepción sensible del autor del mundo no real, pero posible.

Es la forma que tiene el escritor de hacer comprender al lector que la sensibilidad artística es capaz de trascender la realidad.

La mentira en la literatura occidental

Desde las primeras manifestaciones literarias de la cultura occidental encontramos que la mentira o lo mágico ocupaba un lugar primordial.

El oráculo fue un elemento extraído de la realidad que ayudó a la literatura de aquellos tiempos a justificar cualquier metáfora.

Es obvio que en los tiempos de Eurípides el ser humano justificaba lo que no entendía a través de lo mágico y esta necesidad existencial penetró las artes de manera tal que aún persiste en nuestros tiempos.

En literatura todo es posible


Los vampiros creados por la cultura popular antigua vuelven una y otra vez a la literatura de todos los tiempos, incluso al guión cinematográfico contemporáneo de manera que a las puertas del 2010 algunos los dan por reales.

El miedo a las predicciones, al destino, aún mueve la sensibilidad de muchos lectores que encuentran fascinante las novelas justificadas a través de elementos del arte adivinatorio, al punto que para algunos se confunde con la realidad misma.



Mezcla de lo real y lo irreal 


La novelística contemporánea suele mezclar con facilidad lo real y lo irreal en el saco de lo posible, lo que le permite al escritor encontrar con libertad su mentiras literarias o metáforas.

La novela como género aglutinante de géneros necesita de la poesía para levantar vuelo literario y trascender lo anecdótico de la trama.

sábado, 19 de diciembre de 2009

¿Cómo encontrar la voz de un personaje?


Los diálogos juegan un papel importante dentro de una novela en la medida en que ayudan a adelantar la acción de la trama y completan la construcción del personaje.

El diálogo y la trama

El diálogo cuando es activo, está en función de la acción y para que resulte de esa manera debe de estar compuesto de muchos verbos que ayuden a adelantar los sucesos con mucha más rapidez que si los describimos.

Cuando el diálogo es pasivo, contiene más adjetivos y se utiliza solamente cuando deseamos resumir la acción o sea cuando necesitamos que un nuevo personaje conozca lo que pasó o conozca quién es el otro. Estos diálogos son muy difíciles de escribir porque deben parecer coloquiales, cuando la intención del autor es informar.

La voz del personaje

Las palabras contenidas en un diálogo deben parecer verosímiles al lector y para lograrlo, el autor debe de tener en cuenta todas las característica del personaje, la personalidad, la cultura, la profesión, etc.

Cuando un personaje tiene voz es porque el autor lo ha llegado a conocer de tal manera que puede expresarse a través de él sin ser descubierto.

Como yo vengo de la escuela del teatro y empecé a escribir diálogos mucho antes de escribir novelas, suelo colocarme en el lugar del personaje como si fuera una actriz y de esta forma encuentro la voz que le pertenece en cada situación determinada.

De más está decir que a cada personaje tiene una única forma de hablar y dentro de un diálogo donde participan dos o mas personas deben de existir matices diferentes que identifiquen a cada cual por su forma de hablar. De lo contrario se corre el riesgo de dejar ver la voz del autor que es como que se vean las costuras de una pieza de vestir o los esfuerzos de una bailarina para lograr los fueté que con tanta gracia nos ofrece durante el espectáculo.


Los diálogos como balance armónico


Una novela debe de tener armonía en su estructura y para lograrla es necesario trabajar imitando las olas del mar o siguiendo las pautas de un concierto.

En otras palabras, el autor debe de ser capaz de mantener la atención del lector y la gran ventaja que nos ofrece la novela como género es que en ella están contenidos los demás géneros.

Resulta muy conveniente matizar la acción con diálogos que rompan la cadencia que traíamos y mantener de esta forma, al lector activo.

Carmen Duarte