sábado, 26 de diciembre de 2009

La mentira literaria


La imaginación que condiciona a todo escritor hace que en ocasiones, algunos sustenten sus novelas sobre una gran mentira.

El reto de todo escritor es hacer creer al lector que sus mentiras son verdades encerradas dentro del universo de una novela.

¿Cómo hacer que la mentira parezca una verdad?

El universo de una novela no es la realidad, es un reflejo de esta visto a través de los ojos del escritor y pasado por la maquinaria de su inventiva.

Cada novela tiene sus leyes internas que el escritor establece desde las primeras líneas a manera de códigos internos que cuando el lector los atrapa, comienza a inmiscuirse en el universo del texto que lee y lo hace propio, en otras palabras, real.

La mentira de una novela solo parece real si está bien justificada a través de elementos que demuestren que puede ser una verdad.


Mentira literaria e hipótesis dentro de la novela


Dentro de la novela, una hipótesis es una verdad a probar y una mentira literaria es lo irreal que el escritor necesita convertir en real para sustentar una metáfora.

Existen novelas basadas en hechos reales, bien presentes o históricos, que los escritores suelen construir a manera de tesis novelada. O sea, tratan de demostrar una suposición histórica a través de la novela y para lograrlo acuden a la investigación histórica.

La mentira literaria suele ser sustentada a través de las leyes creadas por el autor para el universo de la novela.

Códigos frecuentes para justificar una mentira

El código de lo onírico es utilizado habitualmente cuando el autor quiere justificar a través de los sueños cualquier mentira, irrealidad, metáfora.

El código mágico o la apropiación de la cultura popular trasmitida a través de lo oral, sirve para justificar dentro de la novela cualquier mentira literaria.

El código de lo absurdo pertenece por entero al universo literario y es utilizado para justificar lo errático e irreal que resulta la realidad en ocasiones.

El origen de la mentira literaria


La mentira es inherente a la literatura como la palabra misma y es creada por la percepción sensible del autor del mundo no real, pero posible.

Es la forma que tiene el escritor de hacer comprender al lector que la sensibilidad artística es capaz de trascender la realidad.

La mentira en la literatura occidental

Desde las primeras manifestaciones literarias de la cultura occidental encontramos que la mentira o lo mágico ocupaba un lugar primordial.

El oráculo fue un elemento extraído de la realidad que ayudó a la literatura de aquellos tiempos a justificar cualquier metáfora.

Es obvio que en los tiempos de Eurípides el ser humano justificaba lo que no entendía a través de lo mágico y esta necesidad existencial penetró las artes de manera tal que aún persiste en nuestros tiempos.

En literatura todo es posible


Los vampiros creados por la cultura popular antigua vuelven una y otra vez a la literatura de todos los tiempos, incluso al guión cinematográfico contemporáneo de manera que a las puertas del 2010 algunos los dan por reales.

El miedo a las predicciones, al destino, aún mueve la sensibilidad de muchos lectores que encuentran fascinante las novelas justificadas a través de elementos del arte adivinatorio, al punto que para algunos se confunde con la realidad misma.



Mezcla de lo real y lo irreal 


La novelística contemporánea suele mezclar con facilidad lo real y lo irreal en el saco de lo posible, lo que le permite al escritor encontrar con libertad su mentiras literarias o metáforas.

La novela como género aglutinante de géneros necesita de la poesía para levantar vuelo literario y trascender lo anecdótico de la trama.

sábado, 19 de diciembre de 2009

¿Cómo encontrar la voz de un personaje?


Los diálogos juegan un papel importante dentro de una novela en la medida en que ayudan a adelantar la acción de la trama y completan la construcción del personaje.

El diálogo y la trama

El diálogo cuando es activo, está en función de la acción y para que resulte de esa manera debe de estar compuesto de muchos verbos que ayuden a adelantar los sucesos con mucha más rapidez que si los describimos.

Cuando el diálogo es pasivo, contiene más adjetivos y se utiliza solamente cuando deseamos resumir la acción o sea cuando necesitamos que un nuevo personaje conozca lo que pasó o conozca quién es el otro. Estos diálogos son muy difíciles de escribir porque deben parecer coloquiales, cuando la intención del autor es informar.

La voz del personaje

Las palabras contenidas en un diálogo deben parecer verosímiles al lector y para lograrlo, el autor debe de tener en cuenta todas las característica del personaje, la personalidad, la cultura, la profesión, etc.

Cuando un personaje tiene voz es porque el autor lo ha llegado a conocer de tal manera que puede expresarse a través de él sin ser descubierto.

Como yo vengo de la escuela del teatro y empecé a escribir diálogos mucho antes de escribir novelas, suelo colocarme en el lugar del personaje como si fuera una actriz y de esta forma encuentro la voz que le pertenece en cada situación determinada.

De más está decir que a cada personaje tiene una única forma de hablar y dentro de un diálogo donde participan dos o mas personas deben de existir matices diferentes que identifiquen a cada cual por su forma de hablar. De lo contrario se corre el riesgo de dejar ver la voz del autor que es como que se vean las costuras de una pieza de vestir o los esfuerzos de una bailarina para lograr los fueté que con tanta gracia nos ofrece durante el espectáculo.


Los diálogos como balance armónico


Una novela debe de tener armonía en su estructura y para lograrla es necesario trabajar imitando las olas del mar o siguiendo las pautas de un concierto.

En otras palabras, el autor debe de ser capaz de mantener la atención del lector y la gran ventaja que nos ofrece la novela como género es que en ella están contenidos los demás géneros.

Resulta muy conveniente matizar la acción con diálogos que rompan la cadencia que traíamos y mantener de esta forma, al lector activo.

Carmen Duarte

lunes, 14 de diciembre de 2009

El valor de los silencios dentro de un texto.

Los silencios del texto son aquellas palabras no dichas, esas que flotan entre las líneas y las adivinamos con el pensamiento, pero no las vemos.
Cuando un escritor es principiante, siempre se le aconseja que no lo cuente todo al detalle que deje un espacio para sugerir un sentimiento o un suceso o un pensamiento.
Saber crear un universo de silencios es una maestría que se alcanza solamente con el tiempo y resulta mucho más difícil de dominar que la palabra misma.
En mi novela inédita Donde empieza y acaba el mundo aparecen personajes reales de la literatura cubana del siglo XIX. En uno de los capítulos, Esteban Borrero despide amigablemente al poeta Julián del Casal de su casa y se queda observándolo mientras este se dirige a la salida.
"Esteban lo vio alejarse desde la ventana, iba moviendo las caderas con voluptuosidad y aunque trató de halarse la levita para cubrirse el trasero, no pudo ocultar la cadencia".
Por la forma en que se narra el caminar de Julián del Casal se deja entrever que el poeta era homosexual, pero no se dice explícitamente, ni siquiera se menciona dentro del pensamiento de Esteban Borrero. 
Las razones por las que decidí redactarlo de esta manera fue para quitarme de encima cualquier teoría que pueda desmentir la homosexualidad de Julián del Casal y terminé por sugerir solamente lo que se dice en los salones de clases, pero no aparece escrito en ningún texto.
No solamente por evadir precisiones históricas se utilizan las silencios, también para darle al lector la posibilidad de pensar, de tejer y completar la historia con su pensamiento propio o para crear algún efecto en especial.
En la novela que estoy terminando de escribir, El inevitable rumbo de la brújula, tengo redactado un capítulo que habla de dos inmigrantes latinos que entran ilegalmente a Estados Unidos en el techo de un tren, se trata de una joven y un joven que son amigos, pero el muchacho se cae con el tren en marcha y muere entre los raíles, sin embargo yo opté por narrarlo de manera sugerida para acrecentar la angustia de la muchacha.
"  Unas horas antes de entrar a Estados Unidos, Suyapa y su amigo se quedaron dormidos, ya llevaban ciento veinte días de viaje y apenas habían pegado ojo. El compás monótono del tren sobre los raíles, creaba una música que invitaba al sueño, hacía frío y las estrellas parecían haber venido a una reunión celeste aquella noche porque todas estaban afuera. Ella soñó con la abuela, estaban a la orilla de un río y la difunta señalaba las aguas y decía: “el que se duerme se lo lleva la corriente”. Entonces se despertó sobresaltada, pero su amigo ya no estaba y nadie le supo decir nada, todos estaban pendientes de esconderse bien para que no los descubrieran en el cruce de la frontera". 
Después de este momento la joven pasa días tratando de encontrar su amigo, el que por supuesto jamás aparece.







martes, 8 de diciembre de 2009

¿Cómo estructurar una novela?

Confieso que nunca he empezado a escribir ninguna de mis novelas con una idea clara de estructuración. Este desorden creativo me trae como consecuencia el tener que ir hacia atrás para enmendar lo escrito, cada vez que se me ocurre insertar un elemento nuevo. Sin embargo, a pesar de los inconvenientes del proceso, mis novelas están coherentemente estructuradas.
Cuando comencé a escribir El Rumbo Inevitable de la Brújula tenía en mente trabajar sobre la actual inmigración ilegal a Estados Unidos y redacté unos primeros capítulos con la idea de que los inmigrantes siempre tienen la mirada hacia el Norte.
A los pocos meses me llegó la visita de un tío que vive en islas Canarias y me habló de un libro muy interesante que escribió el primo de mi abuelo, el poeta Félix Duarte, sobre la migración isleña hacia América a principios del siglo XX que se titula La mirada al Sur.
En ese momento comprendí la complejidad de los movimientos migratorios mundiales y decidí estructurar la novela en tres tiempos, 1596 un mestizo nacido en América es enviado por unos monjes jesuitas a estudiar a Padua  y a pesar de la tentación de quedarse en Europa decide regresar, 1920 un joven español emigra clandestinamente hacia América y 2009 una joven latinoamericana emigra ilegalmente a Estados Unidos.
Aún no le he puesto punto final a esta novela y puede que más adelante decida replantearme la estructura de nuevo, pero lo interesante del asunto es que en la medida en que tuve una claridad del contenido pude  crear la estructura adecuada.
Siempre he creído que todo tema tiene una única forma de ser expresado y hasta que no me adentro en la historia y conozco mejor a los personajes, no puedo terminar de dibujar la estructuración de los capítulos.
Recuerdo que cuando entré a estudiar al Instituto Superior de Arte, lo primero que aprendí es que una obra dramática tiene que estar totalmente estructurada antes de que se comience a escribir, cuando el autor escribe el primer diálogo, ya debe conocer cuál es el final.
Esta teoría es aplicable a la literatura en general y sé que muchos escritores la utilizan, pero en mi caso particular no me ayuda a crear.

Carmen Duarte.

sábado, 5 de diciembre de 2009

26th Feria Internacional del Libro de Miami





Mi presentación de La Danza de los Abanicos en la 26th Feria Internacional de Libro de Miami.
Foto Marta Ramos

¿Cómo publicar poesía?



Heriberto Hernández es un poeta empecinado en no dejar morir sus versos dentro de una gaveta. Desde que lo conocí en Matanzas a finales de la década de los 80, lo vi trabajar con la paciencia de un escribano medieval en la editorial artesanal La Vigía.

Creada por un grupo de poetas y artistas jóvenes, La Vigía dio a conocer lo más importante de la producción poética y narrativa de Matanzas a través de un número limitado de libros editados en papel
cartucho, ilustrados a mano y cosidos con soga que conmovían al lector por la belleza única de cada ejemplar.

Hace unos pocos meses me reencontré con Heriberto Hernández en Miami y me tuve que sonreír cuando me habló de la editorial Bluebird, creada por él y otros poetas cubanos que residen en Estados Unidos. Al oírlo disertar sobre la editorial, comprendí que no todo estaba perdido y decidí asirme como un parásito a este grupo de artistas que con su ánimo y entereza me contagian de la energía que creí perdida con mi juventud.

Dentro de Los Frutos del Vacío, publicado por Bluebird (2008), se encuentra la visión del Mundo de este poeta nacido en la tierra de José Jacinto Milanés. Tras cada verso reconocemos las paredes de Matanzas, los campos y las febriles incógnitas que se tejieron en la mente de Heriberto tras cada lectura, tras cada experiencia vivida, escritas con la maestría, elegancia y sabiduría de los grandes.

¿Pero cómo Heriberto ha logrado publicar esta bellísima edición de sus poemas?. Con dinero de sus bolsillos, con limitaciones de distribución, pero con una fe y seguridad como escritor dignas del poeta que es.

Carmen Duarte.












miércoles, 2 de diciembre de 2009

TRAS LA HUELLA DE JUANA BORRERO


Hace cuatro años, antes de empezar a escribir mi novela inédita, Donde Empieza y Acaba el Mundo, visité Cayo Hueso, tratando de encontrar la tumba de Juana Borrero, pero recuerdo que era un domingo y no se encontraba nadie en las oficinas del Cementerio. Por mucho que caminé por entre las bóvedas del lugar, jamás encontré el famoso mausoleo del que me habló Mario Rivera cuando lo conocí. La prisa me hizo regresar a Miami el mismo día y las obligaciones me sujetaron de tal manera que empecé a escribir la novela sin haber visto la tumba. 

    Hace un mes, después de dar por terminada Donde empieza y acaba el mundo, tuve la oportunidad de volver a viajar de Miami, hasta el extremo Sur de Estados Unidos y regresé al Cementerio de Cayo Hueso para continuar la búsqueda, a pesar de que ya tengo escrito todo un capítulo donde describo un fabuloso mausoleo de mármol negro dedicado a Juana Borrero. 

   Para mi sorpresa, cuando el personal que allí trabaja me llevó hasta el lugar donde descansan los restos de la poetisa me encontré esta tumba sencilla y pobre que pueden ver en las fotos que están arriba. Recuerdo que Mario me habló de una piedra de mármol que él y un amigo mandaron a  grabar con dinero de sus bolsillos para honrar la memoria de Juana Borrero, pero siempre pensé que esta había sido una solución provisional, hasta que encontraran la manera de construir el famoso mausoleo.   

   ¿Debería dejar en la novela la narración de la tumba de la poetisa tal y como la escribí porque aunque sea en la imaginación, esa y no la real es la bóveda que merece la Novia Triste?. 

Carmen Duarte.